
Y una noche, sin encontrar salida, busque refugio en el bosque, intentando respirar aire limpio de deseos... pero la luna, distrajo mis pensamientos y lentamente comencé a volar intentando llegar a esa inmensa luz q me segaba los ojos. Fue en vano, porque jamás pude llegar a besarla, solo me conforme con q su luz abrazara mi cuerpo inmóvil... y que regara sobre mi, su sabiduría, y así entender la inmensidad de la noche.
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